El agua del mar, especialmente la del atlántico, posee 99 elementos presentes en nuestro organismo. Además, contiene vitaminas y microorganismos que la piel absorbe para beneficiarse de ellas.
Bañarse en el mar puede mejorar problemas cutáneos como el acné, la dermatitis, las heridas y ayuda a eliminar toxinas.
La brisa marina que llega a nuestras costas está cargada de sales minerales e iones negativos con efectos relajantes y detoxificantes.
Los rayos de sol producen vitamina D en nuestro organismo, necesaria para absorber calcio y prevenir enfermedades como la osteoporosis, la hipertensión o los dolores musculares.
La arena de la playa está impregnada de los beneficios del agua marina. En algunos centros wellness es uno de los tratamientos que ofrecen.